Cuerpo de mujer
(Extraído de Mujeres al rescate, de la fuerza interior Alicia López Blanco. Paidós)
Puede hablarse de igualdad entre los hombres y las mujeres en lo referido a obligaciones, derechos y oportunidades pero si hacemos hincapié en los condicionantes del cuerpo, las diferencias son enormes. Las mujeres construimos el nido mientras los hombres se ocupan de mandar la tropa de espermatozoides, sabiendo que la mayoría morirá en el intento de alcanzar el objetivo. Ellos, por su parte, nos delegan la responsabilidad del albergue y cuidado de su futura cría durante todo el tiempo que duran la gestación y lactancia.
Por su estructura y funcionamiento el cuerpo femenino condiciona algunas formas de nuestro comportamiento: tendencia a ser receptivas, pasivas, contenedoras, empáticas, perceptivas, pacientes, intuitivas y con capacidadcreadora. En el opuesto, elcuerpo masculino les propone a los hombres irrumpir en el mundo exterior, invadir, plantearse metas, dirigirse hacia ellas, ser activos y delegar. Estas características pueden permanecer en estado potencial o desarrollarse en la interacción con el mundo exterior según cual sea la combinación entre los aspectos constitutivos de cada uno y el entorno.
Louann Brizendine, luego de 20 años de experiencia clínica como neuropsiquiatra, resaltó la diferencia de la realidad hormonal de hombres y mujeres, y expresó la importancia de las mismas como estimuladoras, en mayor o menor medida, de ciertas áreas del cerebro, determinando intereses e inclinaciones, y también el hecho de que tengamos circuitos cerebrales distintos que los de los varones para resolver los mismos problemas, procesar el lenguaje, experimentar y almacenar la misma emoción.
Las distintas sensibilidades se basarían en diferencias estructurales y hormonales que dotan a la mujer de talentos, habilidades, aspectos, maneras de ser y de accionar muy específicas. Por otra parte, demostró que la química cerebral de la mujer es más cambiante que la masculina y sólo permanece igual a la de los varones durante las primeras ocho semanas de la concepción.
Por las sustanciales diferencias en la biología de hombres y mujeres, no es adecuado plantear analogías entre ambos sexos ni supuestas igualdades. Las mujeres, por nuestra constitución, no podemos responder a las expectativas generadas en un mundo organizado desde una visión masculina.
Para accionar en beneficio de la evolución de la humanidad, es necesario sentar nuevas normas de convivencia social para ambos sexos que brinden igualdad de oportunidades para todos. Desarrollar una nueva mirada que apoye las aptitudes naturales de la mujer y tenga en cuenta sus necesidades, diferentes de las de los hombres, y que no las utilice con el ánimo de discriminarla.