Cuando al dolor no se lo mira de frente – Jorge Lanata. Clarín

Por Jorge Lanata.

Las palabras de la Presidenta en la noche del jueves al recordar la tragedia de Once llegaron tarde y mal. Cristina comparó la muerte de su esposo con la de las 52 víctimas de la corrupción y la desidia estatal luego de un año de deliberado silencio oscurecido por todo tipo de preguntas que aún continúan sin respuesta: ¿hubiera pasado lo mismo de no estar involucrados en la tragedia dos amigos personales de Néstor como Jaime y De Vido? ¿por qué, de las 850 víctimas, sólo una docena recibieron algún tipo de atención discrecional y el resto continúan siendo ignorados? ¿ qué le pasa a los Kirchner con las tragedias? ¿negación, desinterés o conciencia culpable?

“¿Vos pensás que yo quiero estar acá? Yo estoy acá porque mataron a Lucas”, dijo en Radio Mitre Paolo Menghini Rey, con lágrimas en los ojos. Discutíamos sobre la reticencia de la AFA para realizar un minuto de silencio en homenaje a los muertos de Once cuando, en paralelo, podía verse en los canales de noticias la negativa de Pichetto al pedido radical de rendir el mismo homenaje en el Congreso.

“No está de acuerdo con las formas”, dijo el pequeño señor Pichetto y terminó la discusión.

La reacción del Gobierno frente a las tragedias excede lo político y quizá haya que buscar en la psicología para comprenderla. El empecinamiento oficial pretende que, al negar la tragedia de Once, la tragedia no existe. No existe en el Congreso cuando Pichetto se escuda en el reglamento del consorcio o no existirá en los estadios cuando -aunque suene inverosímil- debe pedirse autorización a Fútbol para Todos para desplegar un cartel en cualquier tribuna.

La negación es un mecanismo de defensa del “Yo” que lo preserva de lo que no le gusta, de lo que no tiene capacidad para afrontar. El otro truco del “Yo” para defenderse de un entorno hostil es la proyección. Ambos se desarrollan en una etapa en la que el individuo está inmaduro y no puede enfrentar la realidad como se le presenta.

“La Presidenta no percibe, no se da cuenta de las cosas que suceden o de lo que se muestra diferente a su imagen de cómo son. La negación le opera permanentemente -dice a Clarín la psicóloga Alicia López Blanco- y lo combina con la proyección: esto es culpa de otro, la culpa siempre viene de afuera”.

Para López Blanco, a los sesenta años de Cristina es difícil esperar que esos mecanismos cambien, están “cristalizados”. La psicóloga sostiene que la Presidenta extiende su negación al duelo: “Hace veintiocho meses que murió El y ella sigue de negro -dice-. ¿Qué significa eso, que no puede elaborar el duelo? ¿o que el interlocutor era esencial para su identidad? ¿se pregunta qué será ella sin El?”.

 

https://www.clarin.com/opinion/dolor-mira-frente_0_B10U1T9oDmx.html

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